The ugly truth....

Hola chuladas, aquí estoy de nuevo después de otro periodo de estar desaparecida.

Hoy quiero platicar con ustedes sobre la idea romántica de ser GORDITA PERO BONITA... esperen, no empiecen a hacer caras o a pensar "esta mujer esta discriminando" o "es un tema delicado".

Les voy a platicar una historia de la vida real :), así que corran por las palomitas porque se va a poner buena jejejejeje.

Hace 17 años aproximadamente yo vivía aún en casa de mis papás quienes tienen un centro naturista y donde desde pequeña se me fomentó a mi y a mis hermanos una vida saludable; pueden estar pensando "¡Qué bien que existan papás conscientes que eduquen a sus hijos en la salud!", estoy de acuerdo, pero aunque no lo crean yo quería ser normal, comer lo que todos los niños comían por ejemplo.

Durante esa época e incluso unos años atrás, durante mi adolescencia, sufrí de bullying por el hecho de "no ser una niña normal" "Comer comida para perro" (literal, eso me decían), dejaron de invitarme a las típicas carnes asadas porque decían "´¿para qué si no comes carne y no tomas cerveza"... así que mi ¿saben cuál fue mi decisión?... ¡Querer ser normal!. Quería enfermarme, quería comer y beber de todo porque, insisto... quería ser normal.

Para no hacer el cuento largo, me casé y tuve a mi primer hijo y obvio subí los kilos que cualquier mamá sube durante su embarazo y fue ahí cuando mi normalidad agarró vuelo.

Comencé a vivir una vida "normal", comiendo "normal" y viviendo "normal" como todas las demás personas. No estaba más alejada de la realidad. Mi normalidad se convirtió en una aumento de 40 kg, al grado de que mi salud comenzó a resentir el cambio; ¿quería ser normal? ¿quería enfermarme?, pues ahí estaba todo lo que yo había pedido.

Ojo, no estoy hablando de que eso que hice estuviera bien pero para mi era ser normal y encajar en un lugar donde no me dejaban entrar por ser hija de naturistas.

Con el aumento de peso, llegaron dolores de cabeza, agotamiento, dolores articulares, molestias premenstruales e incluso un problema de vesícula que no le deseo a nadie... por fin había logrado tener mi tan anhelada normalidad.

Era obvio que las personas que me conocían, mis exalumnas de acondicionamiento físico, mis excompañeros, amigos, etc., me veían y decían, "pero, ¿Qué te pasó?". Yo me sentía igual porque no había caído en cuenta que había cambiado muchísimo pero para mal, pero en mi mente, cómoda, yo ya era normal; ya podía comer lo que todos comían.

En una ocasión al visitar a mi familia, bajé del avión y mi hermana, mi mamá y mi cuñado estaban esperándome, pude notar sus ojos de asombro al verme; mi cuñado solo atinó al decir "oye, se te olvidó la zanahoria", ya se que se están preguntando ¿Cuál zanahoria?, eso mismo le pregunté yo a lo que él solo dijo... "la que va en la nariz porque pareces muñeco de nieve, blanca y redonda"... ¿QUEEEEEEÉ?, mi cabeza comenzó a dar vueltas con mil preguntas porque no me había dado cuenta, mas bien, no había querido darme cuenta de mi realidad, mi nueva "normalidad".

Los siguientes meses y años fueron un va y ven de emociones, de búsqueda de aceptarme sin verme al espejo, sin querer darme cuenta de mi nueva realidad, sin aceptar que esa era yo y que dependía de mí regresar a quien fui y más que nada a quien quería ser, una mujer SALUDABLE y en forma.

¿Por qué les cuento esta historia?, porque con el paso del tiempo y empezando proyectos de salud personales, planes alimenticios, nuevas rutinas de ejercicios, fallaba cada vez porque no quería aceptar mi realidad y decidía esconderme en el "ESTOY GORDITA PERO BONITA" "SOY CURVY Y ESO ES TENDENCIA" "ESTOY GORDITA PERO INTELIGENTE" "NO ME ETIQUETEN POR COMO ME VEO".... espereeeeen, si estas frases le llegan a alguna de ustedes no me quieran crucificar, sé que es un tema que nos llega y que es difícil amarnos incondicionalmente cuando existe una sociedad que nos cataloga por como nos vemos, donde las tallas de ropa cada vez vienen más pequeñas, wow qué difícil.

Para no hacerlo largo, tuve que tocar fondo emocionalmente para decidir que definitivamente NO ME GUSTABA, NO ME SENTÍA SALUDABLE Y QUE CLARO QUE VALGO POR QUIEN SOY PERO MI SALUD ES MUY IMPORTANTE...

Este post no es para decir que si tienes unos kilos de más está mal y mucho menos que merecemos un trato diferente pero de verdad es necesario darnos cuenta que los kilos de más no están bien, porque cuerpo tenemos uno, salud tenemos una y por eso sí vale la pena luchar. No lo digo yo, la obesidad es la puerta de entrada a las enfermedades y más aún a las crónico degenerativas, es por eso que invito a que dejemos de romantizar el sobre peso por evitar sentirnos mal emocionalmente.

Si a alguna de ustedes como a mí les sucedió que aumentaron de peso o si siempre has sido la gordita buena onda, POR FAVOR párate frente al espejo y dite a ti misma ¡ESTA ERES TÚ, ESTA ES TU REALIDAD, ERES HERMOSA Y VALES UN MONTÓN PERO, PUEDES SER LA MERJOR VERSIÓN DE TI, LA VERSIÓN SALUDABLE, LA VERSIÓN PLENA EN TODOS LOS ASPECTO.

¿Es fácil?, eso depende de cada quien. Si piensas que lograrás, estás en lo cierto, pero, si piensas que no lo lograrás, también estás en lo cierto. Todo depende de qué quieres y qué estás dispuesto a hacer por TI, por tu salud y por SER TU MEJOR VERSIÓN.

Este tema tiene mucha tela de donde cortar, pero sería larguísimo; vamos haciéndolo poco a poquito pero créeme que en este viaje somos muchas y a veces nos perdemos, a veces avanzamos y otras nos dejamos caer, nos convertimos en nuestro peor enemigo porque nos autosaboteamos. Insisto; hoy párate frente al espejo y háblate directo, sin tapujos... TU PUEDES, y seguirás siendo tan hermosa e inteligente como hasta ahora pero con una mejor salud.